Pensamientos de una madre
y sus párpados se cerraron
y su rostro adquirió la expresión de un viejo.
y te abrieron hijo mío,
pero ya no sentías nada.
y hurgaron en tus entrañas
y yo no supe nada.
y volvieron a cerrarte con alambres
y nadie me dio tu cuerpo
para poder verte y conocerte,
aunque ya te conocía
porque dentro de mí habías estado.
Hijo mío, si yo lo hubiera sabido...
No hay comentarios:
Publicar un comentario